Educacion Financiera
La educación financiera comprende tres aspectos clave (Comisión Europea,
2007): a) Adquirir un conocimiento y una comprensión en materia de finanzas; b)
Desarrollar competencias en ese ámbito, es decir, tener capacidad para utilizar
los conocimientos en beneficio propio; y c) Ejercer la responsabilidad
financiera, es decir, llevar a cabo una gestión adecuada de las finanzas personales,
realizando elecciones informadas, con conocimiento de los riesgos asumidos.
¿Por
qué se le concede hoy tanta importancia a la educación financiera en todo el
mundo?
En primer lugar, por la existencia
de un diagnóstico, basado en estudios internacionales, que revela el
insuficiente grado de conocimiento de la población de las cuestiones económicas
y financieras básicas. El déficit de educación financiera se considera uno de
los factores que ha agravado los efectos de la crisis financiera internacional,
aunque no puede decirse que haya sido un monopolio del ciudadano de a pie.
A lo anterior han de añadirse la
creciente ampliación y la complejidad de la oferta de productos financieros,
que colocan a veces al usuario en una posición de vulnerabilidad.
La notoriedad y la trascendencia de algunos casos sufridos en España
ahorran comentarios al respecto. En tercer lugar, por la constatación de los
beneficios de la educación financiera para los individuos y para el conjunto de
la economía y de la sociedad.
La importancia de la educación financiera no se limita a las personas
mayores, sino que también es necesaria para los jóvenes, que ya son, o van a
serlo pronto, usuarios de servicios financieros. El adquirir hoy conocimientos
financieros tiene una serie de ventajas para su vida futura. Hoy día existe
conciencia de que, para que vaya calando, la educación financiera tiene que
comenzar lo más pronto posible y, preferiblemente, ser incorporada en los
planes de estudio. Como ha destacado la OCDE (2010), “Las jóvenes generaciones
es probable no sólo que se enfrenten a una complejidad creciente en los
productos, servicios y mercados financieros, sino también es probable que
soporten más riesgos financieros en su etapa adulta que sus padres”.
La inclusión de una sección
específica en las pruebas de PISA por la OCDE (2013) a partir de 2012 es bien expresiva
de ese reconocimiento.
Cuando uno escribe sobre Finanzas Personales, uno
tiende con mucha frecuencia a meterse demasiado a los detalles. Esto a veces
implica obviar los aspectos básicos, tan importantes cuando se intenta
transmitir educación financiera.
Es precisamente por ello, para no perder de vista los fundamentos, que me
gusta mucho escribir artículos que inviten a la reflexión (independientemente
de publicar también notas sobre casos prácticos, muchas de ellas inspiradas por
los lectores).
Hace algunos pocos días recibí el correo de un lector que me preguntaba
acerca de la educación financiera.
Su nota me recordó un aspecto esencial, que es la razón por la cual dedico
tiempo personal a escribir y construir este espacio: la educación financiera
nos permite tener una vida mejor.
La Educación
Financiera Nos Permite Vivir Mejor
Como todos sabemos, normalmente la gente más y mejor preparada es la que
tiene acceso a mejores oportunidades, no sólo de empleo sino en general, en la
vida.
La cultura, en general, nos brinda visión, y nos amplía enormemente el
panorama. Viajar, por ejemplo, nos
permite entender que existen diversas concepciones de la vida en diferentes
regiones del mundo. Nos permite comparar. Nos permite comprender que existen
distintas interpretaciones acerca de lo que es bueno y de lo que es malo.
Todo esto, nos permite construirnos una opinión y nos da más bases para
poner en contexto lo que nos rodea. Nos da elementos para tomar las decisiones
más adecuadas y para ver más allá. Nos brinda herramientas. Nos forma un
criterio.
Para obtener cultura, no sólo es importante la educación formal (la
impartida a través de instituciones educativas) sino también la autodidacta
(desafortunadamente hay muchas cosas que no se enseñan en las escuelas).
En el aspecto financiero, la educación y la cultura nos permiten dirigir el
dinero que ganamos hacia las cosas que más valoramos,
y a invertir inteligentemente para
hacerlo crecer. Hacia lograr lo que verdaderamente queremos en nuestra vida: nuestras metas y objetivos.
Y además nos permite saber distinguir entre ofertas buenas, y aquellas que son
fraudulentas.
¿Cómo Obtener una Buena Educación
Financiera?
Esta página desde luego es un buen punto de partida. La cultura financiera
se obtiene, principalmente, a través de la lectura. Para ello hay distintas
fuentes: periódicos, revistas, otros blogs, etc. En esta página tenemos una
sección de Libros Recomendados, así como links a otros sitios de interés,
que pueden ser un buen punto de partida para aquellos que verdaderamente
entiendan la importancia y estén interesados en aprender.
La Condusef también
ofrece en su página algunos consejos. Por otro lado, existen bancos que tienen
un programa de “educación financiera” mediante el cual ofrecen seminarios
gratuitos sobre Finanzas Personales a sus clientes (aunque suelen existir
conflictos de interés importantes ya que esta educación está más dirigida a los
intereses del banco que de las personas). Algunas empresas organizan cursos y pláticas para
su personal, lo cual se traduce en una gran prestación. O bien, se puede
aprender mucho con asesoría en
la elaboración de un plan financiero personal.
¿Sirve la educación financiera para vivir mejor?
Sin dejar de reconocer la creciente importancia que la educación financiera goza en la agenda política de muchos gobiernos, sigue habiendo una cantidad significativa de trabajo todavía por hacer en esta área.
Para concluir, es útil reiterar tres razones importantes por las
que la educación financiera es fundamental para las personas y la economía en
su conjunto:
• La
educación financiera refuerza la protección de los inversores
Los esfuerzos realizados para reforzar la información financiera y de
asesoría financiera sólo tendrán pleno efecto si van de la mano de políticas
para mejorar el nivel de alfabetización de los individuos. Un inversor muy bien
educado hará preguntas fundamentales a su asesor, lo que lleva a mayores niveles
de protección de los inversores, asesoramiento más sólido y, en última
instancia, más probabilidades de que los resultados finales vayan en línea con
los objetivos del inversor.
• La educación financiera mejora el
comportamiento de la inversión
Los ciudadanos europeos siguen siendo en su mayoría adversos al
riesgo. En consecuencia, tienden a realizar una mala asignación de los ahorros
hacia productos de bajo riesgo y de corto plazo. Por tanto, es necesario educar
a los inversores finales, para que comprendan mejor el binomio
rentabilidad-riesgo.
• La
educación financiera desarrolla ahorro para el retiro y promueve la inversión a
largo plazo
Muchas personas carecen de la educación financiera necesaria para
decidir cuánto deben ahorrar para prepararse para la jubilación. Como
individuos son cada vez más responsables de hacer sus propias gestiones para la
jubilación. Un objetivo político importante en las iniciativas de educación
financiera tiene que ser la de explicar a los ciudadanos europeos que se debe
ahorrar más para la jubilación.
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